lunes, 24 de junio de 2013

Donald Winnicott

“Es en el juego y sólo en el juego que el niño o el adulto como individuos son capaces de ser creativos y de usar el total de su personalidad, y sólo al ser creativo el individuo se descubre a sí mismo”


Winnicott planteó su teoría basado en la premisa de que el desarrollo emocional del niño depende de la unidad madre-lactante, es decir que el desarrollo de la personalidad depende del vínculo que se da entre la madre y el hijo durante los primeros meses de vida. Winnicott realizó sus principales aportes en el ámbito infantil al utilizar el juego como método de evaluación diagnóstica, y de esta manera observaba a los bebés realizando ciertas tareas para que pueda determinar la personalidad no solo del bebé sino también de la madre (alguno de estos juegos eran el garabato, la espátula y el niffle). Asimismo, Winnicott reconoce tres etapas en el desarrollo de la personalidad llamadas sostenimiento (en la que el bebé es sostenido emocionalmente por la madre y se crea una dependencia absoluta, mejorando la integración), manipulación (en la que se crea una dependencia relativa y ayuda a la personalización del bebé) y presentación del objeto (donde se mejora la relación del niño con los objetos y hay mayor independencia). Para esto, Winnicott nos habla del verdadero self como la capacidad para expresar libremente nuestras emociones y que se da de manera espontánea y creativa cuando se establece bien los vínculos en la primera infancia; pero cuando una madre no es lo suficientemente buena, se genera con mayor intensidad un falso self que viene a ser aquella “máscara” que mostramos al mundo exterior. 

En conclusión, Winnicott reconoce la importancia de la unidad madre-lactante para la formación de la personalidad. De esta manera, reconoce tres etapas en la formación de esta: el sostenimiento, la manipulación y la presentación del objeto. Asimismo, nos habla de las personas que muestran su verdadero self como aquellas que se muestran sus emociones libremente y aquellas con un falso self que no se muestran tal y como son. Finalmente, dentro de las limitaciones, podemos encontrar que sus planteamientos no eran totalmente verificables puesto que los bebés al no poder verbalizar lo que sienten, sólo se podía deducir acerca de lo que “podría” estar pasando entre el niño y su entorno, y esto era lo que Winnicott hacía basándose en sus propias inferencias a partir de sus observaciones.

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